viernes, 5 de abril de 2013

Habla con tus piezas

"Ayuda a tus piezas para que estas te puedan ayudar" (Paul Morphy)


   Cuando aprendes a jugar interiorizas una relación sobre el valor de las piezas, que si la dama 9 puntos, torre 5, caballo y alfil 3 y el peón 1.

   En la práctica vas aprendiendo que estos valores no son absolutos, depende de la posición y depende de la colocación de las otras piezas, es cuando hablamos del valor relativo de las piezas:  Un alfil o una torre en partidas abiertas, con columnas y diagonales donde desarrollar su potencial son piezas realmente importantes y determinantes, pero, en una partida con muchos peones donde no haya espacio, son piezas que están prisioneras, con mucho potencial pero sin capacidad real de ser importantes.

    Una de las frases más repetidas según vas evolucionando en tu juego es "habla con tus piezas", entiende dónde se deben colocar para desarrollar todo su potencial, busca posiciones en donde el juego desarrollado por tus piezas sea superior al que pueda desarrollar las piezas del rival: esto es muy típico en partidas donde se han cambiado alfiles por caballos, el del bando de los alfiles intentará abrir la posición de forma que se abran diagonales para que sus alfiles desarrollen su juego, mientras el que tiene los caballos intentará bloquear la posición aprovechando que los caballos pueden "saltar" por encima de los peones.

   Si este mismo mensaje lo trasladamos a las empresas vemos un paralelismo con la gestión de equipos. 

  En mi vida profesional he coincidido con managers y directores tanto muy buenos como muy malos, y la distinción no está en las capacidades técnicas o conocimientos específicos, la hago en lo referente a la gestión de sus equipos

   Un mal jefe (desde este punto de vista) es aquel que no entiende y por tanto no aprovecha el potencial de las personas que tiene a su cargo, es aquel que tiene meros ejecutores de tareas, no entendiendo las características de cada uno. Se caracterizan o bien por ser demasiados paternalistas (dirigiendo cada paso sin dar margen a "otra forma de trabajar"), o bien por ser  "dictatoriales", en ambos casos por no tener diálogo... por no hablar con sus piezas.

   Aquel que habla con su equipo, que entiende lo diferente que puede aportar cada uno, cubre sus posibles carencias en conocimientos o en gestión de tiempo con la calidad  por el desarrollo del máximo potencial, saliendo el trabajo mucho mejor y seguramente más rápido... y creo que objetivamente se puede considerar un buen jefe.

   Os pongo un ejemplo de una partida reciente, en donde en un momento de decisión, el jugador que llevaba blancas tenía 2 opciones principales:

¿Cuál creéis que fue la jugada del blanco? ¿Por qué?

Respuesta en la próxima entrada

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